
¿De quién huyes y qué te agobia?
¿Alguna vez has sentido que tu vida va a toda prisa, sin rumbo claro y cargado de agobio? Esa carrera constante muchas veces es una huida silenciosa. Hoy te invito a hacer una pausa, escuchar una voz más profunda que dice: “Detente un momento, te llama mi Señor”. Reflexionemos juntos desde una perspectiva bíblica sobre ese escurrir interior que necesita una respuesta consciente.
Huye el impío sin que nadie lo persiga
El sabe que su vida va rumbo a perecer
Va como hoja dominada por el viento
Sin control rumbo a la desolación
Escúchame que sucede con tu vida
Que delito has cometido que ocurre en tu existir
Corres y te sientes agitado, cansado y agobiado
Más no te quieres detener
Piensas que al correr has de librar todo tu ser
De las tenciones que cautivan tu interior
Más te diré lo que debes hacer
Es detenerte ya y dejar de correr
¿Qué haces corriendo?
¿De quien huyes?
¿Qué te pasa?
Detente un momento que te llama mi señor
El quiere salvarte del pecado darte gozo
Acéptalo ven dale tu corazón
Vas como hoja dominada por el viento
Sin control rumbo a la desolación
Y huyes sin que nadie te persiga
No sabes que Jesús esta preocupado por ti
¿Qué haces corriendo?
¿De quien huyes?
¿Qué te pasa?
Detente un momento que te llama mi señor
El quiere salvarte del pecado darte gozo
Acéptalo ven dale tu corazón.
Latinoamericana
El impío huye sin que nadie lo persiga, Pero los justos están confiados como un león.
Proverbios ..28:1.
Correr en nuestra propia fuerza no nos conduce hacia Dios, sino hacia la desolación. El Señor nos llama a detenernos, a entregarle el corazón y hallar descanso en Él. Jesús está preocupado por ti, no está lejos ni indiferente. Hoy es el momento de detenerte, escuchar su voz y permitir que Su paz y propósito te restauren.

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