“A los 29 años, Brittany Maynard estaba recién casada y pensaba que tenía toda una vida por delante. Fue entonces cuando se le diagnosticó astrocitoma grado II, un tumor cerebral grave dándole diez años de vida. Poco después, le dijeron que tenía el glioblastoma multiforme (GBM), el tipo más mortal de cáncer cerebral que hay. Se le dijo que los pacientes viven un promedio de seis meses, y que esos últimos meses son muy dolorosos.”
En este video la chica explica como ella y su esposo decidieron que ella debía quitarse la vida antes de que el cáncer la matará y le causara sufrimiento.
Es triste ver personas sufriendo por la terrible noticia y dolor de un cáncer. Pero sin lugar a dua, lo más terrible es ver personas que no ponen sus esperanzas en Cristo. En medio del dolor, del sufrimiento y la aflicción, ella no buscó a Dios ni a su Hijo Cristo, el cual provee vida eterna. En lugar de eso decidió cometer suicidio “asistido”.
Cuando una persona toma esta decisión, no está pensando en adorar a Dios. Lo único que piensa es en su propio dolor y en su propio bienestar al punto de obviar las promesas que Dios hace a aquellos que confían en su Hijo Cristo.
“ Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá”. (Jn 11:25).
Cada circunstancia difícil debe llevarnos a encontrarnos con Cristo, no a terminar con nuestras vidas.

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