La tristeza puede ser el medio para acercarnos al corazón de Dios. Cuando los repetidos golpes de la adversidad, nos quita la salud, los amigos, el dinero y las circunstancias favorables, el Señor entonces se convierte en el único que tenemos en la vida. Llegamos a amarlo por ser quien es, no por lo que nos pueda dar.
En esos momentos, clamamos como el salmista:<< a quien tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra>>. Salmos 73:25.
El camino de la tristeza nos lleva al lugar donde podemos decir: <<Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre>>. En tales ocasiones, debemos recordar que nos espera el cielo, donde <<enjuagara Dios toda lagrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor>>.Apocalipsis 21:4.
El camino del dolor nos habrá llevado a la tierra donde las pérdidas no se conocen; un lugar donde no hay aflicción, sino solamente gozo, y el servicio para el cual hemos sido completamente preparados.
CUANDO LO ÚNICO QUE NOS QUEDA ES DIOS, DESCUBRIMOS QUE EL ES SUFICIENTE.
Dios los Bendiga.
Compartido por la Hermana: Diana Katherine Nieto Crispin.

Muy bonito Hermana Katerin el Señor te siga Bendiciendo..
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